lunes, 20 de septiembre de 2010

LA HUMANIDAD RESIDUAL

Nos pasamos la vida mirando al futuro en lugar de vivir el presente. En un futuro a medio plazo todo se ve bastante caótico: catástrofes naturales, protocolos de kyoto que no se cumplen, potencias que continúan con sus reservas de armas nucleares, etc. Voy a contarles qué hice el fin de semana: fue la primera visita a mi hijo en Barcelona como progenitora no custodia, es decir, durante el mismo tiempo en que mi hijo vivió conmigo, ahora las cosas van a la inversa: soy yo la que hace las visitas. Nuestros amigos de Teruel nos acogieron en su casa con su admirable generosidad. Fue un fin de semana familiar mágico y también, algo picante, comimos pimientos de Padrón que ardían. Después, ayer noche, regresé a Bilbao con mi anciana madre con la que estoy conviviendo. No tengo casa propia, he regalado todos mis muebles y enseres que tenía en Barcelona, mi cuenta bancaria está roída como lo pueda estar una cuenta de una mileurista a casi final de mes, pero soy feliz, por primera vez lo único expuesto a intercambio en mi vida es mi propio espíritu, lo mismo que espero de los demás. ¿Podría cambiar social y políticamente una sociedad de esa manera? estoy completamente convencida de que sólo partiendo de cero se puede cambiar. Dentro de unos años, habrá diezmado considerablemente la población mundial, sólo quedará una población residual que son los mismos que ya tienen parcelas en planetas de nuestra propia galaxia. Hemos llegado a un punto de no retorno.

Este fin de semana leí un libro de Jorge Riechman que me encantó: Entre la cantera y el jardín.

1 comentario:

  1. Sólo (y esto lo creo yo y lo digo yo, aunque no sé si solamente) las sociedades cambian a mejor después de ocurrir una gran catástrofe; es doloroso decirlo, pero mirando un poco la historia se ve que es así. Lo malo es que con el tiempo los buenos deseos y los buenos actos se van perdiendo, así paulatinamente, hasta que los odios y las avaricias y no sé cuántas cosas malas más se adueñan del mundo hasta producir otra nueva catástrofe, hablando claro desde el punto de vista de lo humano, porque de los desastres naturales (de algunos) no tiene nadie la culpa. Aunque bueno, puesto a pensar, estoy recordando lo ocurrido hace poco en Haití, donde el hambre convirtió en bestias a los hombres y eran capaces de matarse por un pan, con lo cual creo que este dato dan un poco al traste con mi teoría de que los desastres provocan solidaridad y ese tipo de cosas, en unas personas sí que provocan solidaridad, pero en otras todo lo contrario, todo dependerá supongo de las circunstancias de cada cual, un médico que pase hambre no le veo yo en Médicos sin fronteras, no sé si me explico. Yo qué sé, la verdad es que esto lo veo yo muy complicado.

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