jueves, 18 de noviembre de 2010

AMOR, poesía reunida, 1988-2010

Con este título aparece el último libro de Manuel Vilas (Barbastro, 1962). Conocí a Manuel Vilas virtualmente en 2009, aproximadamente. Yo por entonces me conectaba a diario y frecuentaba mucho la página de Sergi Bellver, porque es así como imagino llegué a Vilas. El primer poemario que leí de él se titulaba Calor, desde aquel día ya no pude dejar los libros de Vilas. Había libros que por fecha ya no me los podían conseguir, así que los primeros que leí, fueron los últimos que él escribió, empecé por atrás. Leí Calor, El Cielo, Ressurrección, leí Zeta, La región intermedia y Las Arenas de Libia, y empecé a acudir a sus presentaciones, la primera de ellas en Barcelona (donde yo vivía en aquel momento). Leí Aire Nuestro y con esa novela me volví loca, enfermé. Tuve que ir a Huesca en otra presentación de una feria, o lectura de pregón para ser más precisos, y allí intercambié alguna pregunta con Vilas, no pude resolver el enigma. Bien se debió de reír Vilas conmigo, entonces. Estaba tan obsesionada con este escritor que fui a Zaragoza buscándole, pero allí enfermé definitivamente, la literatura de Vilas me volvió loca. Estando ingresada en el hospital de Miguel Servet, en la unidad de psiquiatría, aproveché para sacar de la biblioteca nacional de allí, toda la obra de Vilas que no había podido leer: Dos años felices, La vida sin destino, El mal gobierno, El rumor de las llamas y alguno que seguro me dejo. Y por último anteayer me llegó éste libro de poesía reunida. Ahora sé que la literatura de Vilas es una literatura salvaje y violenta, una denuncia desesperada del mundo, desesperada e inacabable con toques de profunda ironía pero de una también profunda tristeza , aunque él haya ido mutando para convertir la tristeza en amor a la vida y celebración. Me llama la atención que el prólogo haya sido escrito por él mismo. Nadie mejor que él para explicar cómo debemos interpretar su obra. Pero me preocupa una cosa: cuando me preguntan que quién coño es ese Vilas, me doy cuenta de que aquí no te conoce ni cristo, que soy una lectora en soledad, además, creo que estás majara y que yo también lo estoy por no poder dejarte. Y de los cuatro últimos poemas inéditos para mí, la marca Vilas ,desaparece para dejar paso a la marcada influencia de Agustín Fernández Mallo, un binomio positivo y mutante. Estamos acabados Vilas, ya no somos gloriosos, hemos quemado tu literatura libertaria, las pantallas táctiles de las nuevas generaciones cuyos juegos consisten en pasar a niveles superiores de cualquier cosa nos han destruído. Estamos solos, y somos ceniza.
Acabo de terminar un libro de Felipe Benítez Reyes titulado: Formulaciones Tautológicas, Informes y Collages de F.B.R una serie de historias breves, ilustradas con dibujos mordaces y divertidos. Me he reído muchísimo con estas historias porque son muy irónicas y perspicaces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario