martes, 12 de julio de 2011

LAURA ROSAL+DAVID TORRES

PUNTO DE FISIÓN de David Torres, Madrid 1966, me encantan los escritores que llevan mi año de nacimiento, Ed.Algaida, IV Premio de Novela de Logroño. Lo primero que llamó mi atención de esta novela fue la ilustración de la portada. No menor asombro me causó las radiografías torácicas de la contraportada. La novela se divide en tres partes, cuatro historias de un mismo hilo argumental y una nota final.
I. TODO PASADO ES IMPERFECTO
Esta frase de inicio de la novela: "No podéis verlas pero yo siento las letras del alfabeto cirílico transparentándose al calor de cada página, igual que rayos X" me ha hecho pensar en la radiografía de la contraportada y, al tiempo, en el lugar donde se sitúa la novela: Pripyat (Chernobyl) la tragedia de la central nuclear. Este preludio de la primera parte está plagado de citas biblicas. Recogeremos algunas interesantes. "Tiempo atrás, el maestro nos había dicho que el mundo había empezado con una explosión. Tesis: explosión. Antítesis: el vacío. Síntesis: el mundo. El Génesis, según la doctrina marxista-leninista, no consta de siete días. Alina levantó la mano y preguntó dónde estaba Dios en esa teoría. Al maestro casi se le caen las gafas de la cara, ¿Dios? Dios no existe, Alina. Ese no existir, esa antítesis del vacío, es una apuesta filosófica completamente Nietzscheana, la caída de los Dioses, la desesperanza del hombre. Y el tercer ángel tocó la trompeta, y del cielo cayó una gran estrella, ardiendo como una antorcha, cayó en la tercera parte de los ríos y en los manantiales de las aguas. Y el nombre de la estrella es ajenjo, y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de esas aguas porque se habían vuelto amargas. Una profecía Ucraniana escondida en los pliegues hebreos del Apocalipsis igual que rayos X a través de los siglos. Ajenjo quiere decir Chernobyl. Y esto no es una metáfora. Esuna traducción. El nombre de la tercera estrella es Chernobyl. La necesidad del autor, o la intencionalidad de enlazar la tragedia con profecías del fin del mundo se hace patente en esta primera introducción. Por un lado la ausencia de Dios y, por otro, ante la tragedia "nadie podía ver ni sentir la radiación que en ese mismo instante los estaba atravesando como pollos en un asador" la necesidad de creer en ese aciago destino como parte del castigo divino. (Tengo que seguir leyendo).
El cuaderno caníbal de Laura Rosal es muy bello. Libélulas que danzan alrededor de las flores azules. De los sueños azules. Y ella, guapísima.




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