martes, 26 de julio de 2011

LA MUSA


Amy Winehouse ha muerto.
Por presunta sobredosis. Era divina. Le gustaba flirtear con las drogas. No le gustaban las rehabilitaciones. Era la nueva promesa del Soul. Sólo tenía veintisiete años. Era bella, joven y negra, y ya estaba muerta. Era muy joven y ya es un mito.









Mientras escucho "Back to Black" pienso en la diosa del Soul que ya debe de estar en el cielo. Preferir la muerte a la rehabilitación tiene mucho de grandeza. Cargar con la inmundicia humana es el mayor gesto de nobleza que conozco. Qué guapa era. Me gustaría parecerme a ella. Me gustaría saber qué mundo rodeaba a esa piedra por pulir. Pensar en ella me hace pensar en un montón de gente que murió a esa temprana edad. No quiero que me digan cómo y por qué murió. No quiero que contaminen su voz. No quiero que me cuenten nada.

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