jueves, 28 de octubre de 2010

PORTOBELLO

Estos días en Londres han sido muy gratificantes. Íbamos mi hijo y yo al mercadillo de Portobello que está lleno de frikis, de hecho Londres entera es bastante friki. Me encanta esa despreocupación por la moda de los ingleses, les da lo mismo ponerse unas bermudas en pleno invierno con una bufanda y una chaqueta de verano. En Londres hace un frío del copón, eso no nos impidió que fuéramos al museo de ciencias naturales, Gorka se volvía loco con los dinosaurios. Otro día fuimos a la TATE gallery, aquí tuve que comprar un cómic Manga que traía instrucciones para empezar a dibujar, Gorka se encaprichó del cómic y acabé por comprárselo. El hotel era típico inglés con su chimenea y todo, pero el servicio era compartido y en general estaba bastante sucio, pero tenía su encanto, era también muy cutre, abría a partir de las 11 a.m lo que significaba que si te levantabas antes de esa hora tenías que salir por las puertas traseras de incendio, todo muy friki. La vida del hotel empezaba a partir de las siete de la tarde, como un pub o algo así, la gente que lo frecuentaba eran muy variopintos, y a esas horas la chimenea iba a todo gas, lo que convertía el bar hotel en un lugar apacible y cálido.
Ayer tarde fue mi primera sesión larga con mi psiquiatra, los 70 euros mejor pagados de mi vida. Cómo cansa esto de contar, salí agotada pero ella me enseñó un método de relajación que yo misma diseñé: estoy en la Alhóndiga, en una sala donde dos escritores realizan una performance. La iluminación es ténue, la música familiar, me siento relajada y tranquila, me siento bien, una vez descrito el lugar mi psiquiatra me dice que imagine una palabra que defina ese bienestar en esa sala de luz ténue y música familiar: amor, le digo, la palabra es amor y ya tenemos el ejercicio de relajación montado. Salí realmente agotada, me preguntó si alguna vez había sido víctima de abusos sexuales, se trata de una pregunta standar. Os sigo leyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario