viernes, 3 de febrero de 2012

LOS INMORTALES RELOAED

Hoy no hay foto. He leído prácticamente todas las reseñas de la nueva novela de Manuel Vilas, la que más me ha llamado la atención es la de Alberto Colomer (periodista Barcelonés), ¿por qué?, pues por que la pregunta que él se hace me la hice yo al acabar de leer la NoVilas, como él las llama. La pregunta es muy sencilla, ¿para quién escribe Vilas? y es comprensible hacerse tal pregunta si es la primera vez que lees al autor. Yo presumo de haber leído toda su bibliografía, y, modestia aparte, creo que eso me ha ayudado a conocer la escritura de Vilas, a saber comprenderla. Vilas es, a mi entender, un erudito en bastantes variantes : geografía, historia, política, literatura, sociología, cuando digo erudito, me refiero a que posee un elevado conocimiento en esas materias. Eso lo demuestra prácticamente en todos sus libros, tanto de prosa como de novela. Si a eso añadimos experiencias personales vitales, las propias emociones del autor, la tendencia suya al delirio, que de haber leído sus últimos libros, cualquiera se percataría de dónde procede tal sentimiento, entonces, podríamos entender casi cualquier obra suya. Ahora me gusta mucho leer a Vilas porque ahora creo haber comprendido su sello personal, su marca, como él mismo la describe en clave irónica. Desde Las Arenas de Libia, hasta Dos Años Felices, España, El Cielo, Calor, Resurrección, Amor, Aire Nuestro, MVReloaed, Los inmortales y alguna que seguro me he dejado, Vilas ha tenido una etapa de maduración literaria progresiva en la que ha ido pasando del dolor al humor, de la melancolía a la ironía, del pesimismo al vitalismo, y todo eso sólo se puede comprender acometiendo toda su obra, que por otra parte, es como yo entiendo que he de leer la escritura que me gusta. Si coges un libro del Vilas actual al azar, probablemente todo te parezca un simple delirio, pero si te das la vuelta y miras hacia atrás, aquel muchacho que pasaba muchas horas en un bar de mala muerte metiéndose cualquier cosa que le quitara esa vejez que sentía, ese vacío y soledad muy propia de los poetas y de las personas que nacen en pueblos donde no hay salida a sus expectativas, todo eso y mucho más convierte a Vilas en un escritor evolucionista y por tanto, vitalista, poniendo siempre la mirada un siglo más adelante. Y no sólo ha comprendido las necesidades literarias del momento sino que ha sabido plasmarlas con absoluto conocimiento de su entorno: evolución y vitalismo, eso creo que encontraremos en un futuro Vilas, y tecnología, porque la tecnología que describe en Los Inmortales, dentro de un año, se habrá quedado obsoleta.

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