martes, 1 de febrero de 2011

AMO,LUEGO EXISTO

Los filósofos y el amor de Manuel Cruz en edición barata y hortera, es lo que he leído estos días. Manuel Cruz presenta una cartografía de las relaciones amorosas de ciertos filósofos universales. Así, da comienzo con Platón, San Agustín y la irrupción de las sombras, Abelardo y Eloísa o el amor como herejía, Spinoza y la geometría de las pasiones, Nietzsche-Lou Andreas-Salomé vivir en un edificio cuarteado, Sartre y Simone de Beauvoir un compromiso que nació muerto, Arendt-Heidegger-Blücher el pensamiento y la soledad, Foucault el difícil amor entre iguales. De vez en cuando me gusta hacer un inciso y volcarme algunos días hacia la filosofía. Este libro me ha sorprendido gratamente a pesar de su horrenda edición. en él Manuel Cruz explica de forma clara y precisa su interpretación bien documentada sobre las tortuosas relaciones de algunos filósofos que ha hecho historia. Me han gustado algunos pasajes:

Carta de André Gorz a su esposa después de descubrir que estaba enferma
Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. De nuevo siento en mi pecho un vacío devorador que solo colma el calor de tu cuerpo abrazado al mío.

Mary McCarthy en el funeral de Hannah Arendt
Era una mujer bella, atractiva, seductora, femenina[...] Sobre todo tenía unos ojos brillantes, que centelleaban como estrellas cuando estaba feliz o apasionada, pero también eran como tanques oscuros, profundos y alejados en su interioridad. Hannah tenía algo de impenetrable que parecía reposar en la profundidad pensativa de sus ojos.

Hannah a Heidegger
No me olvides, ni olvides hasta qué punto sé viva y profundamente que nuestro amor se ha convertido en la bendición de mi vida. Es una certeza inquebrantable, incluso hoy, en que yo, que no sabía estar quieta, he encontrado arraigo y pertenencia junto a un hombre que quizás sea de quien menos lo hubieras esperado.

Hannah en La condición Humana
Porque el amor, aunque es uno de los hechos más raros en la vida humana, posee un inigualado poder de autorevelación y una inigualada claridad de visión para descubrir el quién, debido precisamente a su desinterés[...]por lo que sea la persona amada, con sus virtudes y defectos no menos que con sus logros, fracasos y transgresiones.

No sabía cuán premonitorio estaba siendo. Michel Foucault murió víctima del sida en París, el 25 de junio de 1984, a los cincuenta y siete años de edad. Todavía tuvo tiempo, antes de morir, de asistir a una transformación inquietante del mundo que le rodeaba. La enfermedad que acabó con su vida era una enfermedad profundamente significativa, esto es, parecía mostrar, en un siniestro envés, el signo de las vertiginosas transformaciones que estaba experimentando el mundo, transformaciones que finalmente no tomaron la deriva que nuestro autor se empeñaba en pensar, sino otra bien distinta. Tampoco respecto al sida puede decirse que la actitud de Foucault fuera particularmente clarividente. Cuando a principios de los ochenta empezaba a hablarse de un misterioso cáncer gay o cáncer rosa, Foucault desechaba esa noción con incredulidad risueña, hasta el extremo de llegar a declarar con ironía ¿ qué podría ser más bello que morir por el amor de los muchachos?

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