viernes, 28 de enero de 2011

NADA ES CRUCIAL

De Pablo Gutiérrez, Huelva 1978, periodista y profesor de literatura en Cádiz.

Ciudad Mediana, años ochenta. Los yonquis habitan los descampados y olvidan a sus crías dentro de cobertizos de uralita. En uno de ellos sobrevive milagrosamente un cachorro silencioso que se deja aplastar por el sol, no precisamente compasivo. Dos señoras muy cándidas y amables lo rescatan, le limpian la cara con agua de colonia y comienzan a hablarle de Dios y de espaguetis. Mientras, en otro lugar que huele a vaca y pienso, una niña feliz observa cómo su madre naufraga en la cama, los ojos perdidos en algún lugar, el pelo sucio, el pijama pegado a la piel desde que papá se marchó.

Nada es crucial es la propuesta de un recorrido emocional donde los personajes sortean los obstáculos casi congénitos que van arrastrando y de los que no consiguen liberarse.
Me ha sorprendido gratamente el tono y estilo de Pablo Gutiérrez porque no se parece en nada a nadie que haya leído anteriormente, tiene una muy peculiar manera de contar los sucesos que engancha al lector. La edición es de Lengua de Trapo, que me encanta, editado en sep. de 2010.

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