sábado, 5 de junio de 2010

ASÍ ME SIENTO HOY...

como si fuera un gran corazón de jazz o de fuego. Estuve dándome el primer baño de la temporada esta mañana, cuánta luz, hermosa luz la de éste mar tan nuestro, el agua estaba literalmente lo que se dice congelada, del latín congelus...y es que el mar lo cura todo, mi ojo derramado por exceso de visión, mi agotadora noche de vuelta de todo con alguna pregunta respondida por la obviedad, somos algo estúpidos a veces preguntando cosas que de sobra sabemos pero de las cuales queremos tener una perfecta certeza, y a mí, me gusta tanto pasear que sería capaz de recorrer largos trozos de asfalto abrasivo sólo por pasear. Ya digo, feliz, feliz nadando y dando vueltas sin ser sirena ni nereida jóven e inteligente, siendo lo que soy. ¿alguien dijo que no pudiéramos amar a ciegas y cargar con el peso de los demás? pues que lo desdiga, me niego a seguir ciega o sorda, reivindico lo que siempre reivindiqué que es la falta de amor lo que nos ha empujado al abismo, al inquietante mundo de la nada, eso y el exceso de codicia, los males de nuestro económico y político tiempo. Pero a mí me preocupa mi negocio, es él el centro de mi preocupación, no abandones mi negocio en mitad de una plaza, mi modus vivendi, mi modus operandi, bienvenido al negocio del amor.¿ Se acuerdan, mis queridas lectoras y lectores, del circo que alguna vez reseñé en alguno de mis blogs? pues esta noche vuelvo con mis amigos, lo de esa misma vez a ver cómo han crecido, los del circo modesto y ambulante, sospecho y mi juicio me dice, que seguirán igual de creativos y estupendos. Sí, Cielo, como lo oyes. Y pediría perdón una y mil veces más si ello supusiera la extinción del dolor. Qué guapo estabas, qué inevitable certeza!

4 comentarios:

  1. Antiguo lector tuyo: completamente de acuerdo estoy contigo.

    Felicidades, y... carpe diem, que en tanto que de rosa y de azucena se muestre la color en vuestro rostro... a vivir, que son dos días.

    Yo también me siento extrañamente feliz. Ayer incluso llegué a pensar en la existencia de dioses. Iba a pedirle una foto reciente a alguien pero esos dioses me la dieron sin yo pedirla, al menos sin pedirla expresamente, pues sí la deseaba interiormente.

    Para más decir, ahora que comienza la siega el campo desprende un dulce olor a amor por las mañanas bien temprano. Seguramente es la muerte eso que hace oler tan bien: la vasta herida de los tallos decapitados de sus espigas. Quizás sean esos cañones abiertos, esa sangre bramando incolora, que en las postrimerías de la vida quiere decirnos algo.

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  2. Anónimo, veo que te gusta la poesía, qué bien porque ya empezaba a pensar con mente alienígena. Antiguo lector y aún me soportas:¿en qué lugar te coloco la medalla?
    Que nunca nos falte el color de las flores o el olor de la siega, el amor por la belleza que de tantas formas se nos manifiesta, ¿quién dijo que no hubiera belleza en la muerte?
    Iba a escribir una entrada de un espectáculo que vi ayer por la noche y que me encantó, pensando que aquí casi nunca para nadie, pero reconozco que este comentario, anónimo, me ha llenado de una inusitada felicidad. Colgaré alguna cosa musical a la altura de las circunstancias, a ver, gracias, un beso.

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  3. Leí tu comentario hace un rato, y escribí yo otro después, pero lo borré. Lo hago ahora, aunque ya distinto, después de terminar de ver "Los peores años de nuestra vida", que es una película genial bajo mi punto de vista.

    No tienes que darme ninguna medalla, detesto las medallas, sufro medallafobia; simplemente me gusta leerte, y no seas tan saltimbanqui mudando de blog a cada instante que cualquier día rompo mi fidelidad y me pondré a leer otras cosas, como el foro del diario Marca, o el de Intereconomía, por ejemplo.

    A veces he vislumbrado a través de tus textos que sufrías. Y el verte contenta me ha hecho a mí sentirme feliz también.

    Yo me enamoré hace tiempo, pero yo sabía que aquello no iba a llegar nunca a ningún sitio. Desde aquello creo que he cambiado a mejor, pero en ocasiones me siento muy confuso, como hoy por ejemplo, que el olor de la siega y este tiempo en el que estamos me han engañado, me han transportado a hace 4 años, que fue por estas mismas fechas, y hay sentidos con memoria, como el olfato, y traicionan al corazón, que ya vive otro presente. He intentado buscar aquella felicidad en otras cosas, pero no lo consigo. Ya ves tú la tontería ésa de la foto, y de pensar que hay dioses. Es una puñetera casualidad, y nada más.

    Ahora me gusta el silencio, hablar poco, lo justo. Pensar y sentir es irremediable; a veces escribo por darme un poco de rienda suelta, por desahogarme, como creo que tú también haces, aunque con mejores mimbres por supuesto que los que yo tengo.

    Deseo que te dure mucho tu felicidad. Yo te seguiré leyendo.

    Muchas gracias por la atención.

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  4. Sí, sin duda nos hemos equivocado los dos con el tema de la foto, pensé que se trataba de otra persona que vi hace apenas tres días, una vez subsanado el error te doy de nuevo las gracias por tu fidelidad, prometo no mudarme en el presente a otras voces que no sean estos versos manifiestamente buenos y alguna que otra opinión de las mías, que en ningún caso, son Marca.

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