sábado, 22 de septiembre de 2012

DOS IGUAL A UNO

Dos almas en un solo cuerpo, fusión para lograr la ductilidad del movimiento, me tocabas la pierna con el guante duro y negro. Me tocabas la mano para protegerme del frío y no sabes que el frío estaba dentro. No voy a correr, perseveraste, y corriste tres veces. La tarde va cerrando su esplendor para dejar paso al ocaso. Te he dicho alguna vez que el ocaso de tu belleza comienza cuando abres la boca. No, no hace falta, los niveles son capas que atraviesan la tierra, hay abajo, barro y fuego, arriba, arriba nada, un gran vacío. Estas curvas que atraviesan la geología sin piedad, son alogaritmos de tu propia geología. Invasivos tus besos al límite de la extenuación. Todo es bello y libre o aparentemente sencillo e infinito. Dos igual a uno, un pensamiento, un trazado numérico, una ecuación, tu cuerpo, tus ganas de probarlo todo. Nada se da si no ha estado previamente en mi pensamiento, nada sucede sin programar, ni siquiera el límite del tiempo. Somos bellos, somos las bases del ácido más puro que es la vida. Ahora ya me puedes pedir lo que quieras. Ahora puedes invocar: amor mío.

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