Sigue haciendo frío. Ayer tarde, Julio, empezó a darnos sus magistrales clases de anatomía humana: cabezas, rostros, ojos, narices, bocas...es lo que haremos esta semana y la que viene (no estaré). Después comenzaremos la pintura: mis óleos están preparados y listos para la carrera de obstáculos que supone la pigmentación. Tengo que dibujar en casa, no perder la costumbre de lo ya aprendido, siempre me ha parecido que dibujar es tan importante o más que pintar.
El rostro masculino me salió algo aniñado, el femenino, algo oriental, en fin, hablamos de los dos primeros bocetos, todo se andará.
He aprendido a encontrar la paz conmigo misma, tan vital como el aire que respiramos, no todo el mundo lo consigue, de ahí la proeza.
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