Mi querida y admirada P.B., nada me gustaría más que interactuar con una estrella que se mueve en la misma órbita, pero tanto usted como yo sabemos que eso es del todo imposible, pues ambas tenemos preferencias personales que impiden que la fricción se llene de chispas rojas como la revolución y el comunismo, como la ira y la sangre, como el amor. Lo que sí le puedo asegurar es que mi beso hacia usted es profundo e inmortal, con lo que eso significa. Esta mañana, Andrés mi gran amigo, me acompañó a comprar un billete, hablando de algo, me informo que Lucía Etxeberría es lesbiana. A mí la vida personal de las escritoras me es del todo indiferente, y el hecho de que sea lesbiana o no, también me resulta indiferente, pero me ha hecho ese comentario. Me voy unos días, por tanto, no habrá ni entradas ni comentarios en otros blogs. Me llevo otro inmortal: Vicente Luis Mora y su Lectoespectador para un viaje de seis horitas. Salud y suerte.
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