Antoni Tàpies, ha muerto. La primera vez que entré en la Fundació Tàpies, no me gustó nada de nada su obra, la entrada era cara, las obras expuestas de Andy Warhol, escasas, y la obra de la parte superior, la propia del Fundador, me pareció un insulto en toda regla. Recuerdo que la Fundació estaba casi vacía. Recuerdo las fotos de Warhol y sus depravados amigos, parecían divertirse, recuerdo las vacas y la Monroe de Warhol, y no había nada más, ah, si, las sopas Campbell. De esto ya hará unos 15 años, si no más. Después volví a encontrarme con Tàpies en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, seguí sin ver nada especial que me llamara la atención de Tàpies. Una lástima, pensé, qué poca sensibilidad la mía, pensé, pero lo cierto es que han pasado veinte años y sigo sin ver el qué de la obra de Tàpies. Dicen que se ha perdido un gran artista, puede que sí, la muerte siempre es una gran pérdida.
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