Confieso que los primeros diez minutos de la película me tenían bastante confusa: de un surrealismo total, las imágenes se sucedían una tras otra como instantes de una misma línea imaginaria: una chica rubia en mitad de un campo con los brazos abiertos y extendidos en cruz, tras ella, los pájaros negros cayendo del cielo; un caballo negro desplomándose; una chica morena con un niño en brazos que corría a través de un campo de golf que se hundía a sus pies; la misma chica rubia del principio vestida de novia con una informe masa gris que la enmarañaba los pies sin dejarla avanzar; la alineación de tres planetas; la misma chica rubia tendida boca arriba flotando muerta por un cauce fluvial; el caos como primera conclusión y una música apocalíptica.
PART ONE: JUSTINE
En esta primera parte, los personajes pecaban de un infantilismo de difícil manejo, me aburría cómo había enfocado el director estos personajes, me aburría la ostentosa boda, el lujoso banquete, las cosas que parecen normales y no lo son. De pronto, todo el guión gira hacia un cambio caótico. El personaje de Justine, comienza a salirse de lo convencional para derivar en una persona desequilibrada, enferma; y a la enfermedad sobreviene el caos de Justine, incapaz de manejar por si sola las funciones más básicas, como caminar o comer o bañarse. A partir de que se vuelva visible la enfermedad de Justine, se visibiliza por inercia su asfixia que le ahoga por dentro: la propia existencia la incapacita, la inhabilita en sus funciones básicas; el caos otra vez como conclusión a la primera parte.
PART TWO: KLAIRE
Klaire se define como la antítesis de Justine; proactiva, racional, apegada de forma exgerada a su experiencia vital, confía sin embargo sus miedos en el personaje masculino, en su compañero. Klaire, tira del carro de Justine para que ésta última funcione; Klaire es la máquina perfecta que sirve de engranaje a los demás; pero algo vuelve a cambiar en el guión, algo que es la prueba definitiva de que Klaire no es más que una marioneta cuyos hilos otros manejan: llegada la hora de Klaire, sus miedos la paralizarán hasta el punto de invertir los papeles de ambas hermanas: Justine toma las riendas porque dentro del caos, es como ella se maneja mejor, es capaz de dominar fríamente esa situación sin perder un ápice de la calma.
Una de las escenas, a mi juicio,más bellas de la película, es contemplar a Justine en completa desnudez bajo un planeta que la subyuga, que la vuelve vulnerable a sus deseos más íntimos: la luz frente a la oscuridad del vacío circundante; su melancolía frente a la Melancholia que acabará con todos ellos.
Un error en el cálculo de la trayectoria planetaria define el final del film: el caos final planetario y estelar que nos representa, como el caos de la enfermedad de Justine, como el caos que sobreviene a Klaire en el momento final, como el caos de nuestra existencia sometida a las leyes del azar y la física, del caos Universal.
La película muy lenta, a ratos, exaspera un poco, pero su final no es en nada desdeñable. No recuerdo bien la polémica con este director, creo que fueron unas declaraciones xenófobas a las que no presté demasiada atención.
Vengo del post de Vilas, Lars hizo unas declaraciones. A favor de Hitler que de haberlas hecho en Alemania estaría en la cárcel , supongo las haría bajo efectos del alcohol o quizás del crack,por cierto soy racinguista y me cae muy bien Preciado, de hecho tome hará 15 años una copa con él en Santander, donde es muy querido, saludos, Manuel E , Cántabro de Camargo
ResponderEliminarGracias, Manuel E., conozco perfectamente las declaraciones que hizo Lars; pero no me interesaba entrar a polemizar, sí, el alcohol hace estragos, Preciado es mi primo aunque nunca hemos tenido mucho contacto, a qué negarlo, no sabría decirte si es buen tío o no, hasta tal punto llega mi desconocimiento sobre su persona; sería imperdonable que mi ama comprara su autobiografía siendo su tía, pero en fin, ahí ya no puedo meterme, es una decisión personal y la respeto.
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