martes, 8 de marzo de 2011
SENTADAS EN EL ARENAL
Hoy acudí a la piscina por la mañana y luego fui a comer a Bilbao con mi ama y su amiga, son geniales. Estuvimos en un restaurante muy acogedor, comí canónigos con queso de cabra y nueces, chipirones encebollados y tarta de turrón, un poco de rioja para brindar por la primera salida de amatxu en el día de la mujer trabajadora. Hemos reído mucho y al finalizar la comida, hemos paseado y nos hemos sentado en una terraza en el Arenal. Hacía un sol espléndido, cerraba los párpados y no había más yos que yo misma, más mundos que mi mundo, pero éste ya no se parece al de antes, no se parece a ninguno porque sólo yo lo voy forjando y eso me sitúa a la altura de yahvé. Todo se me parece y nada me persigue, me gustan las pastillas de la mañana, me afano en prepararlas, en un pastillero de hierbas y margaritas y ayer, recuerdo, en el canalón de los vecinos, ha emergido un plantel magnífico que despunta hacia los cielos, y es que las heces de las palomas que allí se detienen habitualmente, han dado origen a tan precioso vergel , cómo de la basura puede crecer la vida clorofílica me parece glorioso.
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Qué sencillo resulta a veces hacer un magnífico poema. Y qué ciegos estamos otras veces.
ResponderEliminarFrescura, frescura y caradura, y... cómo es esa palabra que no me sale ahora, ¿nihilismo?, no lo sé, me refiero a la abstracción total, al no tener que ver con nada a la hora de expresarnos. No hay más yo que este yo ni más mundos que este mundo. Exacto, eso es. Todo muy Estación total, animal de fondo, dios deseado y deseante.
Sí, en efecto, qué fácil y cuan difícil resulta el tema poético. Uno días sales de casa y todo cobra una belleza inusual, casi fantástica y cualquier objeto es proclive para poetizar.En cambio otros...mejor no hablar.
ResponderEliminarGracias por estar siempre ahí.