lunes, 31 de diciembre de 2012

2013

El último día es el fin de un tiempo y con él  los instantes desfilan hacia el precipicio desde donde se dejarán caer. No habrá memoria de ese tiempo porque la memoria envejece y yo quiero vivir. Nada quedará pues los minutos se quemaron con los deseos no cumplidos. No, no quedará ni el polvo ya consumido. No habrá ruidos de risas o de llantos ni el estertor de los pájaros negros. Los paisajes no serán más que pixeles binarios. La noche es tan oscura como el alma. Mañana será el presente y también el día más lejano de diciembre próximo. Disfruten entonces del camino que queda por recorrer.


FELIZ 2013

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