miércoles, 6 de julio de 2011
LOBOS SOLITARIOS
Estar en Kultur en verano, es estar a solas. Los libros se agolpan en los estantes, bien colocados, ordenados alfabéticamente, esperando que algún alma les meta mano. Se dejan tocar, acariciar los testículos, el vientre, los ovarios, el péne, el púbis, se dejan manosear e incluso, algunos, se atreven a leerlos. Ellos son compasivos, pacientes, aguantan el polvo y los ácaros que en él habitan, de vez en cuando el tiempo los amarillea y no emiten quejido, son buenos, son nobles, les da igual estar días o meses o años sin despertar el más mínimo interés. Sobreviven a las crisis de identidad, a las nuevas tecnologías, a los cambios de imagen, a las fusiones editoriales, sobreviven a la pereza y a la falta de costumbre. Esto es un gran cementerio de libros, una merienda de negros auspiciada por blancos, una gran teleserie multidisciplinar.
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